El reconocido actor nacional de cine, teatro y televisión, Sergio Hernández Albrecht, compartió la conferencia sobre “Antropología Teatral”, disciplina y técnica originada en Polonia por el actor y director Jerzy Grotowski, de la que Sergio Hernández es discípulo y representante escénico, según consignó el académico del Departamento de Artes y Letras, Dr. Rodrigo Faúndez Carreño, artífice del ciclo cultural conmemorativo.
La directora de la Escuela de Pedagogía en Castellano y Comunicación, Dra. Alejandra Hernández Medina, valoró la posibilidad que estudiantes y la comunidad de la Facultad de Educación y Humanidades en general, puedan acceder a espacios de formación estimulantes y de gran calidad.
“Esta actividad la hemos reservado para recordar un aniversario más de nuestra carrera, que se origina en 1971 y que vivencia su quinto proceso de acreditación, proceso que observamos con mucha tranquilidad y confianza. Somos una carrera antigua, pero que ha sabido caminar con paso firme y de manera sostenida. Estamos muy orgullosos de este momento, que además coincide con un reciente estudio nacional que sitúa a nuestra Universidad del Bío-Bío entre las 10 mejores del país, porque destaca no solo en docencia, sino también en áreas como vinculación con el medio e investigación”, reseñó.
El actor Sergio Hernández comentó que si se considera el arte del teatro como una herramienta para trabajar por el enriquecimiento cultural de la gente, la antropología teatral ha sido para él un gran camino para el rescate cultural a realizar en la sociedad.
“Sobre todo en nuestro país, pues el problema de la memoria en Chile es serio. La nuestra, es una sociedad que no se reconoce a sí misma, que encuentra grandes dificultades para identificarse con sus raíces, con su historia, sus costumbres, sus valores… Es una comunidad que en el último cuarto del siglo XX vivió una fuerte desintegración y hoy no encuentra los espacios ni las instancias de convivencia para reconstruirse”, advirtió.
Polonia y Gardenitze
Hernández precisó que luego de vivir algunos años en Francia, tuvo el privilegio de viajar a Polonia y en Gardenitze, uno de los seis grupos que hacen parte del movimiento de antropología teatral que surge del teatro laboratorio de Jerzy Grotowski.
“A partir de técnicas y prácticas desarrolladas a través del estudio de antiguos conocimientos de diversas sociedades del mundo, por el rescate realizado en los pueblos perdidos de las zonas rurales cercanas a Rusia, Bielorrusia, Ucrania, y de lo que aprendíamos de los viejos -sus canciones, sus historias, sus rituales- creábamos espectáculos que nos permitían hacer trueque por las historias y saberes de otros pueblos y caseríos que íbamos encontrando en el camino”, recordó.
“Jerzy Grotowski es el fundador del Teatro Laboratorio polaco, dedicado a la investigación, a partir del concepto de antropología teatral creado por Eugenio Barba, entre otros. En ese laboratorio se propone ampliar la experimentación teatral. El teatro debe diferenciarse del cine y de la televisión, aumentando el contacto físico con el público, volviendo a un arte escénico desnudo, un regreso a un teatro pobre”, ilustró.
“El actor debe ser un arquetipo, un chamán, que fascina al público y le haga romper los moldes tranquilizadores de su mundo. Grotowski pretende que el cuerpo del actor vuelva a ser el origen de todas las posibilidades expresivas. A su técnica se le llama ‘técnica negativa’ pues tiende a desbloquear, a liberar el cuerpo de sus constricciones, se trata de un trabajo interno, más metafísico que técnico. Se crea así un lenguaje orgánico, alejado del raciocinio, todo el cuerpo sustenta la palabra del actor, pues no hay separación entre cuerpo y mente”, reflexionó.
“Lo que aprendí de Gardenitze no fue un conjunto preestablecido de técnicas o fórmulas para salir de apuros… A través de una forma de vida y prácticas psicofísicas muy exigentes a las que me sometí al llegar, comencé a conocer lo que es la antropología teatral. Eugenio Barba, su principal creador, define la antropología teatral como ‘el estudio del comportamiento del ser humano, cuando utiliza su presencia física y mental, según principios diferentes de aquellos de la vida cotidiana en una situación de representación organizada. Esta utilización del cuerpo es aquello a lo que se llama técnica’”, aseveró.
“Hace 40 años que nos dedicamos a lo que he llamado antropología teatral, a la búsqueda de los principios de la pre-expresividad del actor y de su presencia escénica: palabras, entonaciones, silencios, gestos, movimientos, inmovilidad, son una trama de formas perceptibles, pero el diseño de todas estas miles de tensiones –las acciones de la partitura del actor- no son la forma, es la manera de hacer percibir sensorialmente al espectador, lo que está más allá de la forma”, consignó.