La prorrectora Julia Fawaz Yissi y el director de la Revista Quinchamalí de la UBB Alejandro Witker Velásquez, fueron reconocidos por sus aportes al rescate del patrimonio regional, en el marco de la actividad organizada por la Dirección Regional de Patrimonio del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural. El encuentro consideró los conversatorios referidos a la historia y memoria de las Bibliotecas Públicas de Ñuble, Salvaguardia de elementos de patrimonio cultural inmaterial y trabajo interinstitucional, la Red de Museos de Ñuble y el inventario del patrimonio inmueble de la región de Ñuble.
La distinción entregada a la prorrectora Julia Fawaz Yissi y al director de la Revista Quinchamalí de la UBB Alejandro Witker Velásquez, fue dirigida por el director regional del Patrimonio José Pedro Urzúa y la seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Scarlet Hidalgo Jara. La actividad tuvo como marco la Sala Claudio Arrau del Teatro Municipal de Chillán.
En la oportunidad, la prorrectora Julia Fawaz dialogó en torno al eje de la salvaguardia de elementos de patrimonio cultural inmaterial y trabajo interinstitucional, instancia moderada por la encargada regional de Patrimonio Cultural Inmaterial, Patricia Izquierdo.
La prorrectora Fawaz Yissi dio cuenta de la implementación del Plan de Salvaguardia de la Cuelcha en el Valle del Itata que desarrolla el Centro de Estudios Ñuble UBB en colaboración con el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, para la puesta en valor y salvaguardia del trenzado con fibra de paja o cuelcha en las comunas de San Nicolás, Portezuelo, Ninhue, Trehuaco y Quirihue.
“Las cuelchas son un elemento del patrimonio cultural y material de la región de Ñuble. Son la base para la confección de chupallas, pero hay mucho más que conocer. Aquí confluyen tres temas que desde el Centro de Estudios Ñuble hemos estudiado desde hace mucho tiempo: la ruralidad, el trabajo femenino y el patrimonio. Son tres elementos que direccionan nuestro acercamiento a esta realidad”, aseveró.
Fawaz Yissi comentó que el plan de salvaguardia representa una oportunidad para visibilizar y valorar el aporte que las artesanas hacen a su vida cotidiana, a sus comunidades, sus familias, la región y al país. “Las artesanas reflejan lo que somos como región, lo que tenemos, el patrimonio que está presente aquí, desde el cual podemos proyectar nuestra región y valorar nuestra ruralidad, que a veces es vista como un lastre asociada a la pobreza, pero la ruralidad es parte de nuestro patrimonio y nuestra riqueza”, acotó.
La investigadora UBB señaló que las mujeres representan entre el 70 y 80% de quienes realizan el tejido de la cuelcha o trenzado en fibra de trigo, una actividad que forma parte de sus rutinas cotidianas que se intercala con las labores domésticas. “Hay registros de esta actividad desde el siglo XVIII y responde a la forma en que las mujeres aportan al hogar, a partir de los recursos que tienen y de una actividad que pueden realizar sin abandonar sus actividades cotidianas, porque la mujer rural siempre ha realizado trabajo productivo, que no es contabilizado en las cuentas públicas o como parte del producto del país, pero es parte de una economía familiar que sí constituye un aporte económico al hogar”, refrendó.
La prorrectora Julia Fawaz destacó que a través de esta iniciativa ha sido posible identificar los principales problemas y desafíos que se enfrentan para salvaguardar esta actividad. Uno de ellos es la necesidad de asegurar la producción del trigo apropiado para realizar el tejido, pues las nuevas variedades de semillas son distintas a las que históricamente se cultivaron en el secano interior.
“La ruralidad de hoy no es la de hace 20, 30 o 50 años. La modernización también ha pasado por el campo y eso se nota. El trigo que se emplea para las cuelchas es un trigo alto, que se tiende con cierta facilidad, que tiene poca producción en términos de grano y es poco recomendado desde los organismos técnicos como alternativa de cultivo y hoy se encuentra muy poco”, ilustró.
En este sentido, la investigadora UBB valoró la disposición de los municipios de Quirihue, San Nicolás, Portezuelo, Ninhue y Trehuaco, que a través de sus alcaldes han mostrado la voluntad de articularse con otras instituciones públicas para trabajar en estos ámbitos.
“Necesitamos sembrar trigo de esta variedad para asegurar el suministro de paja, porque esta es una materia prima fundamental y nosotros vimos que las mujeres tenían problemas de acceso, es cara, debe ser trabajada a mano, demanda un procedimiento largo y requiere tener ese propósito de cultivo”, describió.
La prorrectora Julia Fawaz también puso énfasis en la preocupación e interés de las colchanderas por enseñar la técnica y compartir sus secretos. “A ellas les interesa el traspaso de conocimientos, realmente quieren compartir eso. Por eso es tan necesaria la articulación entre actores e instituciones para lograr el objetivo de salvaguardar nuestro patrimonio”, advirtió.
El director de la Revista Quinchamalí de la UBB, Dr. Alejandro Witker Velásquez, agradeció el reconocimiento y destacó lo que la cultura y el patrimonio material e inmaterial ha significado para Ñuble y sus habitantes, como elementos forjadores de una identidad rica y diversa reconocida a nivel nacional.
El Dr. Witker recordó que hace algunos años, cuando se decidió la creación de la nueva región de Ñuble, uno de los argumentos decisivos fue el reconocer la singularidad de este territorio, su historia, su rico patrimonio cultural que le convirtieron en un espacio donde han convergido figuras de relevancia nacional e internacional, así como tradiciones, expresiones de la cultura que forman parte del patrimonio. En esa línea precisó que se debe persistir en la tarea de rescatar, cuidar y poner en valor el patrimonio para que las nuevas generaciones puedan conocer sus raíces y los rasgos que distinguen su identidad, reflexionó.
En el marco del conversatorio referido a la Red de Museos de Ñuble y el inventario del patrimonio inmueble de la región de Ñuble, también participó la actual encargada del Museo Marta Colvin de la Universidad del Bío-Bío, Katherine Henríquez, quien se desempeña como directora de la Red.