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Publicado el 10 de agosto del 2023

Pobreza, vulnerabilidad e injusticia territorial

Por José Sandoval Díaz
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La Encuesta CASEN 2022 reveló que Ñuble ha sobrepasado a la Araucanía en términos del índice de pobreza a nivel nacional. Según los datos, nuestra región posee actualmente el índice de pobreza por ingresos más alto del país (12,1%), lo cual supera al promedio nacional (6,5%). Esto significa que los habitantes de estos hogares disponen solamente de $216.849 mensuales por cada miembro de la familia. Además, la pobreza extrema afecta al 4,2% de los encuestados, un porcentaje que también supera el promedio nacional (2%). En este caso, los miembros de la familia disponen únicamente de $144.566 mensuales. Sin embargo, estos datos reflejan un descenso histórico de la pobreza por ingresos en Ñuble (12,1%), la cual se situaba en 14,9% en 2020 y en 16,2% en 2017.

A pesar de esto, estos “promedios regionales” tienden a ocultar diversas desigualdades sociodemográficas y vulnerabilidades territoriales. Por esta razón, es necesaria una evaluación más exhaustiva que distinga entre las zonas urbanas y rurales en términos de pobreza por ingresos y pobreza multidimensional, especialmente en la región con la mayor ruralidad a nivel nacional.

En cuanto a los ingresos, las zonas rurales registran una tasa de pobreza y de pobreza extrema del 9,7% y 4,5% respectivamente, lo que suma un total del 14,1%. En contraste, la pobreza total en las zonas urbanas alcanza el 10,5%. En lo que respecta a la pobreza multidimensional, se ha observado una disminución regional del 15,5%, lo que representa una reducción cercana al 9,2% en comparación con el 24,7% registrado en 2017. Este indicador abarca dimensiones como el acceso a la educación, la salud, el empleo, la seguridad social y la vivienda.

Sin embargo, esta prometedora disminución regional en 2022 debe analizarse cuidadosamente al desglosarse por zonas. En las áreas rurales, este índice asciende a un 16,5%, frente al 12,5% en las zonas urbanas. La situación se agrava al considerar la dimensión del entorno de la vivienda y las redes y cohesión social, que incluyen apoyo, participación social, trato igualitario y seguridad. Estos factores hacen que la pobreza multidimensional se eleve a un alarmante 23,7% en las zonas rurales, en comparación con un 13,2% en las áreas urbanas.

En resumen, aunque los datos de 2022 parecen indicar una tendencia general de disminución de la pobreza multidimensional a nivel regional, estos promedios a menudo enmascaran notables desigualdades socioterritoriales.

La brecha entre las zonas urbanas y rurales es especialmente alarmante, tanto en términos de pobreza por ingresos como de pobreza multidimensional.

Esto resalta la necesidad de una interpretación más detallada de los datos, que tome en cuenta las múltiples capas e intersecciones de vulnerabilidad sociodemográfica asociadas a género, etapa vital, etnia, provincia, entre otros factores. Solo a través de este enfoque podremos identificar y comprender las “realidades invisibilizadas” por el “promedio regional”, lo que posibilitará el diseño de políticas públicas más efectivas, adaptadas y sensibles a las distintas formas de pobreza, vulnerabilidades e injusticias espaciales en Ñuble.

José Sandoval Díaz

José Sandoval Díaz Director del Centro de Estudios de Ñuble UBB

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