Su satisfacción por la reciente culminación del proceso de evaluación del desempeño académico de profesores/as asistentes A y B y sin jerarquía que se realizó este año, expresó el vicerrector académico Dr. Sergio Vargas Tejeda. El proceso finalizó el 1 de agosto y fue calificado por la autoridad universitaria como una experiencia de mucho aprendizaje y un importante logro para el mejoramiento permanente del quehacer docente, de cara a la acreditación institucional 2024. Constituye asimismo una valiosa retroalimentación para los académicos y académicas que se sometieron a la evaluación, puesto que les permitirá organizar mejor sus compromisos y actividades, afirmó el Vicerrector.
La evaluación del desempeño académico (EDA) consideró dos etapas. La evaluación por parte de las Comisiones de Evaluación Académica de Facultad (CEAF), de marzo a junio, y la revisión de las apelaciones presentadas ante la Comisión de Evaluación Académica Superior (CEAS), la que se desarrolló durante el mes de julio. En el proceso participaron 261 docentes (43 de la Facultad de Ingeniería, 46 de Arquitectura, Construcción y Diseño, 46 de Ciencias, 56 de Educación y Humanidades, 38 de Ciencias Empresariales y 32 de Ciencias de la Salud y de los Alimentos), de los cuales el 96% fue evaluado en lista A o B. Un total de 10 académicos/as apelaron ante la CEAS, la que determinó que 5 de estos mejoraran su evaluación inicial.
El Dr. Sergio Vargas valoró el trabajo realizado por las CEAF, y por el equipo de apoyo de la Vicerrectoría Académica que les acompañó constantemente en reuniones semanales. Añadió que este acompañamiento permitió ir dando soluciones a distintos inconvenientes que se presentaron durante el proceso dado que ésta fue la primera oportunidad en que la EDA se lleva a cabo de manera formal, luego de la experiencia piloto que se aplicó en el 2019. Ahora corresponde analizar los resultados, aplicar encuestas a los y las docentes evaluados/as e incorporar los ajustes necesarios para el proceso que se desarrollará el próximo año, adelantó Vargas.
En el 2024 se evaluarán los profesores y profesoras titulares y asociados/as, además de los/as asistentes A y B que no pudieron entrar en la EDA de 2023. Según informó el Vicerrector, se utilizará la misma plataforma empleada en el proceso de este año, con las adecuaciones necesarias según la experiencia del 2023. Se mantendrá asimismo el modelo de gobernanza, que considera un comité directivo, un comité ejecutivo y un staff de profesionales de la Vicerrectoría Académica.
Testimonios del proceso 2023
Fue un buen ejercicio, aunque un poco estresante. Al ser la primera vez, tuve algunos problemas con el sistema y coincidió, además, con que estaba recién asumiendo la dirección de Departamento. Finalmente, con el apoyo de la analista Lissette Parra, de la VRA, las dificultades se solucionaron. Como académica, la evaluación siempre es buena y servirá para introducir mejoras en todo lo que hacemos. Lo hemos comentado con colegas y, aunque fue complejo recoger la información que necesitábamos, nos permitió ordenarnos de tal forma que para el siguiente proceso todo será más fluido (Marcela Pinto Fernández, directora del Departamento de Ciencias de la Computación y Tecnología de la Información y una de las académicas evaluadas este año).
Nos obligó a recoger todo lo que hemos hecho en las distintas líneas del quehacer académico y a remirarlo en conjunto y reconocer nuestros logros y debilidades. Fue también una autoevaluación. Como director, me gustaría compartir las evaluaciones de los y las profesoras de mi Departamento, para configurar el panorama completo y ver cómo podemos apoyar a nuestros académicos y académicas y desarrollar una mejor gestión. Veo la evaluación no como una instancia punitiva, sino como una radiografía que nos permite avanzar y no quedarnos en un status quo que al final resulta nocivo para todos. Es un proceso necesario para nosotros, para la institución y para nuestros y nuestras estudiantes, sobre todo de pregrado, a los que nos debemos (Cristian Berríos Flores, director del Departamento de Diseño y Teoría de la Arquitectura y uno de los académicos evaluados).
Fue un proceso tremendamente desafiante. El tema tiene una carga histórica, puesto que era un pendiente de anteriores acreditaciones institucionales, que ya no era posible soslayar. Involucró a un gran número de académicos y académicas y hubo algunos problemas con la plataforma, pero que se fueron subsanando. El trabajo del comité ejecutivo para la EDA y el apoyo de la Vicerrectoría Académica fueron muy importantes para detectar nudos críticos, aunar y operativizar criterios y responder las distintas situaciones que iban surgiendo. Las CEAF también enfrentaron una tarea compleja, revisando y cotejando la información y objetivando la aplicación de los criterios. Fue, sin duda, un proceso que dejó muchos aprendizajes y que servirá tanto a los profesores y profesoras que se evaluaron como a las escuelas y los departamentos. (Rosa Díaz Chavarría, integrante de la Comisión de Evaluación Académica de la Facultad de Educación y Humanidades).