En sendos actos realizados en Concepción y Chillán, el miércoles 22 de marzo se efectuó el lanzamiento del proceso de acreditación institucional 2024. En ambas oportunidades, el rector de la Universidad de Tarapacá y vicepresidente del Consejo de Rectores Dr. Emilio Rodríguez expuso los desafíos que imponen las nuevas exigencias para la acreditación universitaria. Tenemos una gran tarea, pero estoy seguro de que contamos con el compromiso de todos y todas para llevarla adelante, afirmó el rector de la UBB Dr. Benito Umaña, al término de ambas ceremonias. Subrayó asimismo que el año 2023 será un período clave para enfrentar las brechas que deben abordarse y, al mismo tiempo, avanzar en la autoevaluación.
Por Cristian Villa R. y Mariana Gutiérrez V.
Tanto en Concepción como en Chillán, la actividad contó con una masiva presencia de directivos/as, docentes, estudiantes y personal administrativo de nuestra Universidad, así como de autoridades y representantes del mundo público y privado de nuestras regiones. Al Campus penquista, concurrieron la delegada presidencial del Biobío Daniela Dresdner, el alcalde Álvaro Ortiz y el secretario regional ministerial de Hacienda Sebastián Rivera, mientras que al Campus Fernando May lo hicieron el jefe de la División de Planificación y Desarrollo del Gobierno Regional de Ñuble Claudio Martínez, en representación del Gobernador, y la Seremi de la Mujer y Equidad de Género Cristina Martín, entre otros. Invitados e invitadas destacaron el aporte de la Universidad del Bío-Bío al desarrollo regional y nacional y manifestaron su confianza en el éxito de la acreditación institucional UBB 2024.
En las ceremonias, la directora general de Planificación y Estudios Dra. Carolina Leyton, líder de la secretaría ejecutiva para la acreditación institucional, remarcó la importancia del proceso. Las instituciones acreditadas cuentan con la certificación de la Comisión Nacional de Acreditación, CNA, la que permite a sus estudiantes acceder a recursos estatales o que cuenten con garantía fiscal, para el financiamiento de sus estudios. Es un reconocimiento externo a la calidad y la capacidad de autoevaluación de la Universidad que, adicionalmente, genera confianza sobre la correcta ejecución de los procesos universitarios, propicia el autoconocimiento, otorga prestigio a los títulos y grados que se entregan y potencia la transparencia, advirtió la Dra. Leyton. Es un reconocimiento al trabajo bien hecho, que fortalece el orgullo y la identidad institucionales, sostuvo la académica, quien presentó también las etapas, cronograma y el modelo de gobernanza bajo el cual se llevará a cabo el proceso.
Por su parte, el coordinador institucional de la Unidad de Aseguramiento de la Calidad Dr. Pedro Campos expuso la nueva normativa de acreditación institucional. Se refirió a elementos como la integralidad, la muestra intencionada de carreras y programas y otros conceptos clave, así como a las dimensiones y criterios del proceso. En este marco, puntualizó que las áreas en las que se registran las brechas en que se avanzar este año, simultáneamente con la autoevaluación, son cinco: Evaluación del desempeño académico, evaluación y ajuste del modelo educativo, integralidad de la gestión de calidad, medición de la contribución de las actividades de vinculación con el medio y equidad de género, diversidad e inclusión.
Exposición del rector Rodríguez
Durante su exposición, el Dr. Emilio Rodríguez -también ex presidente de la CNA-, enfatizó que el nuevo proceso de acreditación que enfrenta la UBB es distinto a los precedentes puesto que se han definido nuevos criterios y dimensiones que implicarán un salto cualitativo para las instituciones de educación superior. Los cinco nuevos criterios corresponden a Docencia y resultados del proceso de formación; Gestión estratégica y recursos institucionales; Aseguramiento interno de la calidad; Vinculación con el medio e Investigación, creación y/o innovación
“El diseño del sistema de aseguramiento de la calidad del país ha convergido a generar cinco dimensiones y un conjunto de 14 criterios que implican un salto cualitativo, porque ahora se diferencian tres niveles: básico, avanzado y excelencia. Llegar a la excelencia significa que en cada uno de los criterios de cada una de las dimensiones hay que lograr un nivel más allá de básico o avanzado, donde los resultados se emplean para retroalimentar y ajustar políticas y mecanismos, logrando ciclos de mejora continua con resultados concordantes con las metas institucionales”, aseveró.
Como ejemplos, el Dr. Rodríguez comentó que ciertamente se debe evidenciar un equilibrio económico estructural en materia de gestión, pero además se debe tener la capacidad para crecer y sustentar el proyecto de desarrollo institucional, lo que en sí mismo ya es un criterio exigente.
“Hay que tener modelos educativos actualizados que respondan a los requerimientos del entorno y que garanticen un diseño curricular adecuado y un fortalecimiento de la inserción de los estudiantes en el mercado laboral o en el mercado del trabajo. Asimismo, y siempre en la línea de los ejemplos, es fundamental contar con un sistema integrado de gestión y aseguramiento de la calidad”, reiteró.
El Dr. Emilio Rodríguez sostuvo que, si en los procesos de acreditación anteriores se demandaba tener un modelo educativo, ahora se exige tener un modelo educativo, aplicarlo sistemáticamente, realimentarlo y mejorarlo de manera continua. Y lo mismo en términos de cultura de calidad, puesto que ahora no es suficiente avanzar en ese sentido, sino que se requiere una cultura de calidad instalada y que además cada persona entienda la calidad como parte de su quehacer institucional.
Esta nueva perspectiva, comentó el Dr. Rodríguez Ponce, demandará a las universidades revisar y replantear sus modelos instalados. “Advierto que las autoridades de la UBB tienen claridad respecto a que deben mejorar ciertos desafíos que quedaron pendientes o que son brechas, por ejemplo, el modelo educativo, el modelo de gestión y aseguramiento de la calidad, los sistemas de carrera académica y particularmente la evaluación del desempeño, entre otros aspectos. Esto demanda revisar los diseños estratégicos en forma previa, mejorarlos y cerrar las brechas que sean necesarias para enfrentar este nuevo proceso”, aseveró.
