Con el objetivo de construir un entorno estudiantil más inclusivo, el Programa PIESDI de la Universidad del Bío-Bío invitó a profesionales de la Agrupación de niños, adolescentes y jóvenes autistas (AGANAT) y a la psicóloga Catherine Vallejos, máster en Neuropsicología y Educación a exponer acerca del autismo, la sensorialidad e influencia en la autonomía, el estigma familiar y personal al momento de ingresar a la universidad, funciones ejecutivas y perfiles cognitivos.
Por Danitza Ramos Candia.
La actividad dio inicio con la presentación de Tamara Vejar y Beatriz Salas, ambas terapeutas ocupacionales de la agrupación AGANAT, quienes explicaron la relevancia de reconocer cuales son los aspectos sensoriales y cómo estos tienen implicancia en el aprendizaje, la autonomía y los procesos de socialización de las personas neurodivergentes.
En su exposición, analizaron casos reales de estudiantes de educación superior e identificaron qué tipo de problemáticas surgen en su vida universitaria. “Es importante no solo enfocarse solo en las debilidades, no las podemos invisibilizar, porque son importantes, pero las habilidades y las fortalezas son un recurso muy útil para poder sobrepasar los desafíos que puedan tener” explicó.
En relación con los apoyos para fomentar la autonomía en la vida adulta de los estudiantes, las profesionales destacaron la importancia de descomponer las tareas en pasos claros, establecer fechas concretas, identificar al personal de apoyo disponible y emplear apoyos transaccionales.
En un ámbito más personal, Gissela Inostroza, presidenta de la agrupación AGANAT, compartió su experiencia cuando su hijo, diagnosticado con trastorno del espectro autista, decidió ingresar a la universidad. Relató cómo tuvo que enfrentar tanto sus propios estigmas como los de la sociedad. «Lo que me motiva a dar a conocer mi experiencia es transmitir a los docentes y compañeros cómo el rechazo de la neurodiversidad puede afectar. Las personas deben tener la oportunidad de demostrar su potencial y su rol en la sociedad, y nosotros debemos permitirlo, ya que son tan capaces como cualquier otro» enfatizó.
Por su parte, la expositora Catherine Vallejos abordó el tema de las funciones ejecutivas y los perfiles cognitivos en personas con condición del espectro autista. Estas funciones son un conjunto de habilidades clave que permiten a las personas controlar sus conductas e impulsos, regular pensamientos, tomar decisiones anticipando resultados y gestionar el tiempo de manera efectiva. Son esenciales para llevar a cabo tareas complejas y adaptarse a diversas situaciones cotidianas. Un ejemplo de alteración en estas funciones explica es el déficit de control inhibitorio, que puede generar dificultades para reducir conductas impulsivas.
“Esta temática es importante cuando queremos hacer adaptaciones que puedan beneficiar los procesos inclusivos de estudiantes. Instruirse desde el punto de vista docente es fundamental en procesos de inclusión educativa y es un gran desafío, porque la instrucción permite tomar mejores decisiones en cómo desarrollar las asignaturas, evaluar a los estudiantes y ayudarlos a que participen y que progresen académicamente” aseguró.
La actividad fue valorada de manera positiva por los administrativos, académicos y estudiantes presentes. Para la Dra. Paula Herrera, académica del Departamento de Ingeniería en Maderas UBB, este tipo de instancias son fundamentales para generar una mayor apertura hacia la comunidad en torno a estas temáticas: “Yo trato de apoyar a estos jóvenes en la medida de lo posible, pero sé que la universidad es un desafío. Muchos llegan sin querer revelar su condición debido a los estigmas. Sin embargo, creo que, poco a poco, habrá más apertura, ya que cada vez hay más diagnósticos, lo cual es positivo porque permite brindar mayor apoyo».
En cuanto a la percepción estudiantil, Danitza Arévalo, estudiante de Ingeniería Civil Química UBB, señaló que participar en esta actividad fue “crucial, dado a que el mundo de la neurodivergencia es muy amplio y cada mundo es muy distinto entre sí, entonces conocer en que coincidimos con cada persona neurodivergente es importante para llegar a un punto donde podamos encontrarnos”.
Además, Danitza destacó la relevancia de que la universidad promueva este tipo de instancias, ya que la neurodivergencia es una realidad presente en la comunidad universitaria. “Las personas neurodivergentes existimos y no somos alguien que tiene que ser tapado, sino que tiene que ser visibilizado y apoyado” manifestó.
A través de estas iniciativas, el Programa PIESDI busca difundir, capacitar y contribuir a la reducción de las barreras de acceso a la información, al aprendizaje y a la participación, favoreciendo así una mayor inclusión en la Universidad del Bío-Bío.