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Publicado el 03 de diciembre del 2021

Las propuestas de los decanos y la decana elegidos/a para el período 2021 – 2025

Por Mariana Gutiérrez Vera
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El lunes 22 de noviembre, iniciaron sus funciones los nuevos decanos de las facultades de Ingeniería y de Ciencias de la Salud y de los Alimentos, al igual que la nueva decana de la Facultad de Educación y Humanidades y el reelecto decano de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño. En Ingeniería asumió el cargo el Dr. Patricio Álvarez Mendoza, mientras que en la FACSA lo hizo el Dr. José Leiva Caro y en Educación y Humanidades, la Dra. Fancy Castro Rubilar. Por su parte, el Mg. Roberto Burdiles Allende comenzó su segundo período en la decanatura de la FARCODI.

Conversamos con ellos/a para conocer sus propuestas, reflexiones y miradas sobre temas atingentes a sus respectivas unidades. A continuación, una síntesis de sus declaraciones.

Unidad en torno a un proyecto y ante los nuevos desafíos de la FARCODI

Lo que más valoro de esta reelección como decano es que revela una unidad en relación a un proyecto de Facultad y los desafíos que vienen. Creo que hay un apoyo a la gestión desarrollada y a cómo queremos enfrentar los próximos escenarios, tanto a nivel del sistema de educación superior como institucional. Por los comentarios que he recibido, hay un reconocimiento al ordenamiento de la FARCODI, en lo que se refiere a la conducción y sistematización de los aspectos operativos, de acuerdo a los ejes que planteé en mi primera postulación a la decanatura: la asociatividad, la generación de equipos de trabajo y el alineamiento con el gran paraguas que es el Plan General de Desarrollo Universitario y la estructura de la Universidad, para facilitar los flujos de transferencia.

Mg. Roberto Burdiles A.

El anterior período estuvo marcado por la pandemia, el estallido social y los movimientos feministas que le precedieron. El programa que presentamos en 2017 -que inicialmente parecía muy osado- nos permitió avanzar en temas como la triestamentalidad, lo que facilitó el trabajo conjunto entre docentes, estudiantes y administrativos/as para encarar las disconformidades que evidenció la revuelta y que se reflejan al interior de la Universidad. Este esfuerzo desembocó en un informe que se entregó al Rector y que sirvió de base para la formulación del plan de desarrollo programático de la Facultad.

Las comunicaciones son una de las áreas a las que se han orientado recursos de los convenios de desempeño para las facultades. La FARCODI reforzó su presencia en redes sociales y otras plataformas, especialmente durante la pandemia, con estrategias para sus distintos públicos y cuyos resultados se evalúan permanentemente. Se formó un equipo de comunicaciones, que está haciendo una gran labor. Asimismo, se conformaron al interior de la Facultad comisiones que replican las existentes a nivel institucional, generando una sinergia que, junto con propiciar la transdisciplinariedad, la colaboración y la nivelación de los avances de escuelas y departamentos, facilita la comunicación. Además, se han llevado adelante iniciativas como la bitácora del decano, en la que doy cuenta de todas mis actividades y reuniones y que se envía periódicamente a la comunidad FARCODI. Se instaló igualmente la práctica de informar a los directivos/as de las distintas unidades lo tratado y los acuerdos alcanzados por el Consejo Académico, apenas concluye cada una de sus sesiones.

Otra línea de acción ha sido el fortalecimiento de estructuras nacientes, que no son formales, como el MAF (Mujeres Autoconvocadas de la FARCODI), para darles apoyo no sólo por sus contenidos, sino también para tratar posibles conflictos como parte de la cotidianeidad. Hemos invertido igualmente en la comisión de relaciones humanas, ámbito en el que se hizo un diagnóstico y se definieron tres líneas de acción -relaciones, roles y funciones-, para abordar temas como el valor de los equipos y el ambiente de trabajo.

Lo que me llevó a repostular a la decanatura fue, en parte, que el proyecto que propuse para el período 2017 – 2021 se vio interrumpido, en términos de intensidad, por la pandemia. Hay que consolidarlo, sacar adelante las tareas pendientes y concentrarnos en lo que nos trajo la contingencia: qué pasará con la virtualidad y la presencialidad, cómo vamos a competir con el medio. Lo que buscamos desarrollar como decanatura es que la cuestión de fondo es cómo se gestiona esa zona invisible, intangible, que tiene que ver con las comunicaciones, las relaciones, la formación de equipos de trabajo. Como decano, lo que a uno le corresponde hacer es colocar el escenario para que las cosas fluyan y se desarrollen, para construir entre todos. En esa condición y de esa manera tenemos que hacernos cargo de los desafíos futuros, que también se vinculan al contexto político nacional, los recursos y, a nivel interno, a temas como la implementación de los nuevos Estatutos.

Un proyecto construido colectivamente para la Facultad de Educación y Humanidades

En una época en que a las mujeres aún se nos hace difícil entrar a espacios de decisión, ser la primera decana de la Facultad de Educación y Humanidades elegida por sus pares implica el desafío de ayudar a construir referentes para las próximas generaciones.

Dra. Fancy Castro R.

Nuestra propuesta tiene también un carácter nuevo porque se construyó de manera colectiva, con la idea de una decanatura cuyos lineamientos tienen que ver con una convivencia universitaria sustentada en el buen trato, la participación democrática y el diálogo. Nuestro proyecto busca igualmente propiciar la transformación y modernización de la gestión, para hacerla más eficiente, proactiva y transparente. Además, promoveremos un liderazgo basado en el reconocimiento de la igualdad de género, la cultura y la inclusión y reforzaremos el compromiso ciudadano con la educación y lo social.

Vamos a retomar  proyectos e iniciativas en proceso o que están interrumpidas, para trabajarlas junto con los equipos académicos. En este marco, apoyaremos decididamente la creación de la Facultad de Ciencias Sociales, propuesta que nos permitirá contar con un importante aliado en distintas instancias institucionales y enriquecerá el desarrollo de la Universidad y el trabajo con los territorios. Igualmente, la nueva gobernanza potenciará el área de las humanidades y la labor del Departamento de Estudios Generales. Viene una etapa muy bonita, en que vamos a construir en conjunto en torno a estos desafíos que estaban ahí.

Queremos impulsar mancomunadamente y en conjunto con los equipos académicos proyectos vinculados a la creación de nuevas carreras o programas, de acuerdo a los planes de desarrollo de las unidades, y como decana, acompañaré y apoyaré esos procesos. Particularmente en el caso de Estudios Generales, que atiende a más de 6000 estudiantes en Concepción y es la prolongación de nuestra Facultad en esa sede, cumpliendo un rol muy vital. Nos interesa expandir y fortalecer nuestra presencia en el Campus penquista, donde también tenemos la carrera de Trabajo Social.

En relación a las pedagogías y los problemas que les afectan en aspectos como la matrícula, creo que se trata de una crisis estructural, a nivel nacional, que trasciende a la UBB. Es un tema que queremos abordar tanto desde nuestra Universidad como a través de la asociatividad, con las redes de trabajo del Consejo de Facultades de Educación del Consejo de Rectores.

Además de los objetivos planteados para las distintas líneas contempladas en el Plan General de Desarrollo Universitario (PGDU), emprenderemos diversas iniciativas. Mi sueño es crear un observatorio educacional para las regiones de Ñuble y del Biobío, que esté situado en nuestra Facultad y que recoja la información que el sistema escolar y educacional y el medio en general requieren y que nosotros, con las capacidades que tenemos, podemos aportar. Igualmente estamos pensando en nuevas carreras de pregrado, como Pedagogía en Artes Plásticas, Pedagogía en Música y Pedagogía Teatro. Pero quiero insistir en que trabajaré con los equipos docentes, apoyándoles en la gestión y los estudios que se necesitan. No sólo de factibilidad económica sino también desde la perspectiva de la responsabilidad social.

Una decanatura proactiva, integradora, transparente y humanizada para la FACSA

Queremos llevar adelante una gestión proactiva, integradora, transparente y humanizada. Esos son los pilares que marcarán nuestra ruta y con ese fin promoveremos la participación, el trabajo colaborativo y el reconocimiento de todas y todos las/os integrantes de la FACSA, abordando asimismo lo establecido por la Universidad en materia de igualdad de género y equidad, con énfasis en los valores institucionales. Nuestra propuesta para la decanatura está en función de todos los lineamientos del Plan General de Desarrollo Universitario. Así, en gestión institucional, habrá instancias de difusión del quehacer de la Facultad e impulsaremos iniciativas que den soporte a las labores académicas y administrativas. En docencia de pregrado, apuntaremos a la calidad y rigurosidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje, acercándonos y levantando los requerimientos de los y las estudiantes y académicas/os. Los esfuerzos abarcarán la evaluación de la factibilidad de doble titulación con instituciones extranjeras y la certificación internacional de carreras, además de mantener los procesos de autoevaluación de las carreras y trabajar con fuerza en nuevos convenios para campos clínicos.

Dr. José Leiva C.

Si bien el Departamento de Ingeniería en Alimentos tiene un importante desarrollo, es necesario fortalecer los Departamentos de Nutrición y Salud Pública, de Ciencias de la Rehabilitación en Salud y de Enfermería en su investigación disciplinar e interdisciplinar, generando un desarrollo armónico de nuestra Facultad. Se deben potenciar propuestas de investigación, desarrollo e innovación en función de las líneas declaradas, apuntando a la transferencia de conocimiento. En ese sentido, se debe potenciar también la investigación en Docencia Universitaria. En la Facultad contamos con capital humano avanzado preparado para desarrollar estos proyectos y debemos aprovechar la experiencia de nuestros investigadores/as y trabajar en conjunto para el logro de los objetivos planteados.

La vinculación con el medio se seguirá fortaleciendo a través de la Clínica de Estudios de la Comunicación Humana, el Centro de Actividades Prácticas y el Laboratorio de Experimentación, Control y Certificación de la calidad de los Alimentos, como también con la formulación de proyectos de vinculación. Asimismo, se priorizará la coordinación y difusión de actividades académicas y estudiantiles con la comunidad, la gestión de convenios de colaboración, la participación de nuestras/os académicas y académicos en redes de cooperación internacional y las relaciones con instituciones de salud y municipios de la Región de Ñuble. Además, se fortalecerán los centros de tituladas/os y los comités asesores externos.

Con respecto a la carrera de Medicina, se evaluará el estado de avance de la iniciativa y la línea de tiempo trazada. Debemos considerar que la carrera se enmarca en el gran Proyecto Integral en Salud, que tiene otros pilares como el Centro Epidemiológico y los Centros Integrales de Atención Comunitaria en Salud. Seguiremos aportando con fuerza a su desarrollo y futura ejecución, porque es un compromiso de la Facultad y la Universidad para dar respuesta a requerimientos de la región. Además, se estudiará la factibilidad de ampliar la oferta académica de pre y postgrado de acuerdo a las necesidades del medio. La FACSA está comprometida con la Universidad y la sociedad para apoyar la toma de decisiones en temáticas de salud, generando por ejemplo instancias referentes a la promoción de la salud y prevención de la enfermedad.

Tenemos diversas ideas y proyectos y los revisaremos con las respectivas unidades para priorizar y decidir cuáles abordaremos en el corto, mediano y largo plazo, porque nuestra propuesta plantea la  participación en la toma de decisiones.

La Facultad de Ingeniería como factor de cambio e innovación

Quisiera que la importancia de la Facultad de Ingeniería tenga que ver no sólo con el número de estudiantes o su aporte en matrícula, sino que se le reconozca también como una palanca de cambio e innovación en nuestro entorno, para nuestros alumnos/as, las comunidades, juntas de vecinos, empresas locales y la gran industria. Me gustaría que su relevancia naciera del impacto transformador que nuestra actividad tiene. La promesa y el compromiso universitarios son muy luminosos y en la educación reside, legítimamente, la oportunidad de mejorar en conjunto.

Dr. Patricio Álvarez M.

Probablemente vienen tiempos difíciles, con un proceso inflacionario y restricciones económicas que pueden condicionar el número de estudiantes que ingresen a la Universidad. Pero yo veo la oportunidad. Estos dos años no han sido inocuos. Nos permitieron darnos cuenta de que los recursos que tuvimos que ocupar en este período pueden ser parte de la oferta de valor de mañana, por ejemplo, para nuestros programas de continuidad de estudios o para la reconfiguración de las asignaturas. Algunos/as descubrimos igualmente la iniciativa de la Vicerrectoría Académica para virtualizar ramos y los equipos que trabajan en eso. Solo faltan profesores dispuestos a asumir el riesgo. Durante la campaña, le dije a los colegas: lo que propongo es movernos un poco del espacio cómodo, tradicional, tan propio, y buscar otros espacios para hacer más de lo que ya hacemos, generando además mejores condiciones para los estudiantes. Yo veo muchas oportunidades y el gran desafío es sumar voluntades en esta lógica de transformación de nuestro quehacer.

El trabajo de la Macrofacultad ha tenido bastantes resultados positivos. Hoy tenemos una mejor relación y una mayor cantidad de nexos con la industria, lo que nos permite hacer ofertas que son pertinentes a sus demandas. Como el doctorado en consorcio, un programa competitivo y que despierta interés en el sector productivo. Además, varios académicos/as se han certificado en educación en Ingeniería y han conformado un grupo de investigación que se ha propuesto mejorar las prácticas de enseñanza. La educación es, en cierta forma, una industria, que nos entrega un espacio natural para probar formas innovadoras y lograr resultados de manera más eficaz. Probar nuevas maneras de educar ingenieros/as nos permitirá asimismo validarlas y generar información para publicar y llamar la atención de otros, lo que nos abre la puerta de la transferencia. En posgrado, en tanto, el gran desafío es la sostenibilidad, que los núcleos y claustros estén siempre calificados.

Me interesa también poner sobre la mesa la evaluación docente y los parámetros que se usan para la jerarquización académica. Mi idea es identificar tempranamente los objetivos de las y los colegas y, a partir de sus intereses, estructurar un plan que les permita lograr los indicadores mínimos requeridos, según lo que se planteen. Esto implica poner en línea al decano, al director de departamento y al académico o académica y trabajar para el mediano plazo, migrando a una lógica en que construimos el escenario que queremos tener. En cuanto a la evaluación, un dato relevante es la encuesta docente que, aunque no nos guste, entrega señales de las que hay que hacerse cargo. Nos gustaría aportar con una visión desde la Ingeniería con respecto a este instrumento, desde el punto de vista de la mejora continua, para no seguir cometiendo los mismos errores y obteniendo los mismos resultados.

Estoy comprometido con las iniciativas que la institución abraza, como la triestamentalidad, la inclusión y la igualdad de género. En este sentido y en cuanto a la incorporación de la mujer a nuestras carreras, me gustaría, en la medida de lo posible y en alianza con otras facultades, especialmente la de Educación y Humanidades, llevar la tecnología y la ciencia a la educación secundaria y primaria, de manera de captar el interés de las niñas en esos niveles.

El clima laboral es otro tema fundamental. Es imposible formar un buen equipo sin fortalecer las confianzas. En esta línea, mi compromiso es, primero, un trato digno y respetuoso como base y, segundo, transparencia, para superar las desconfianzas. Mi gran objetivo es instalar buenas prácticas, que sirven a la siguiente administración como base para seguir construyendo.

Mariana Gutiérrez Vera

Mariana Gutiérrez Vera, Periodista. mgutierr@ubiobio.cl

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