Por Valentina Aravena y José Sandoval-Díaz (Centro de Estudios Ñuble).
En el marco del Día de los Patrimonios, se realizaron diversas actividades en todo el país. A nivel local, se llevaron a cabo más de 80 eventos, lo que demuestra la rica oferta cultural de la región. Con el fin de conocer la percepción de la población sobre este tema, como CEÑ, realizamos una breve encuesta llamada «Patrimonio en tres palabras«. Según los resultados preliminares, podemos concluir que «Historia» (36,1%), «Cultura» (34,9%) e «Identidad» (18,4%) fueron las tres palabras más utilizadas por los ñublensino/as para describir el patrimonio. Además, la comunidad destaca la Catedral de Chillán, el Puente Ñipas y los Museos como los puntos patrimoniales más destacados. No obstante, es importante señalar que estos datos revelan una falta de visibilización del patrimonio inmaterial y natural de la región.
La falta de participación de la población en las actividades y visitas a lugares patrimoniales, evidenciada por el 40,6% de los encuestados que indicaron desconocerlos o no haber participado, resulta paradójica considerando la amplia oferta patrimonial y cultural de la región. Esto destaca la necesidad de trabajar en la sensibilización y difusión de estos espacios y actividades, ya que el patrimonio se vive y se trabaja durante todo el año.
Para abordar esta situación, es de vital importancia fortalecer y difundir programas culturales que promuevan la formación en patrimonio. Un ejemplo destacado es el Programa de Educación Patrimonial Escolar (EPE), implementado hace dos años por la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán. Sin embargo, es necesario ir más allá y consolidar el trabajo colaborativo y articulado entre distintos actores involucrados en la gestión del patrimonio. Este trabajo conjunto debe incluir a las secretarías ministeriales, los municipios, la red de museos, las asociaciones indígenas, los comités de alfareros locales, las organizaciones territoriales y culturales, así como los centros académicos regionales. A través de esta colaboración transdisciplinaria, se podrá lograr una mayor sostenibilidad en la promoción y protección del patrimonio, así como una amplia cobertura territorial y sectorial en la implementación de acciones y proyectos relacionados.
En términos normativos, surge la interrogante de cómo generar memorias e identidades colectivas sin un marco legal que proteja y conserve nuestro patrimonio. Aunque se ha estado trabajando en una nueva ley para reemplazar la existente, se ha criticado la falta de participación de las comunidades en su formulación. Es necesario llevar a cabo una consulta ciudadana y una consulta indígena para asegurar la inclusión y contribución de todos los actores involucrados en la elaboración de este nuevo marco regulatorio.
En resumen, la preservación y transmisión de nuestro patrimonio a las generaciones futuras solo será posible a través de una reflexión crítica constante, la participación activa y horizontal de todos los actores involucrados, y la continua discusión sobre nuestras identidades. Este es un trabajo que debe ser realizado de manera articulada y colectiva, requiriendo el compromiso y la colaboración permanente de la sociedad en su conjunto. Solo de esta manera podremos garantizar que nuestro patrimonio perdure como parte integral de nuestra historia, cultura y sentido de pertenencia personal y colectivo.