Tras una serie de encuentros entre enero y mayo de este año, la Mesa Agroalimentaria liderada por CORFO y la UBB cumplió un importante ciclo donde productores, actores privados, instituciones públicas y universidades, manifestaron sus apreciaciones y aportes para convertir al sector en un motor de desarrollo económico regional. Ahora la CORFO de la Región del Biobío se abocará al levantamiento de brechas, definición de una hoja de ruta, y a la elaboración de un Programa Estratégico Regional Agroalimentario.
Un saldo positivo y alentador es el principal balance que realizan los protagonistas de la Mesa Agroalimentaria de la Región del Biobío al culminar la primera etapa, convocada por Corfo y la UBB a través de la Dirección General de Investigación, Innovación y Desarrollo. La última reunión se realizó en dependencias del Centro de Extensión de la sede Chillán y fue dirigida por el jefe del Departamento de Investigación, Dr. Rodrigo Romo Muñoz, y por el jefe del Departamento de Desarrollo y Transferencia Tecnológica, Domingo Sáez Beltrán, junto al ejecutivo de Desarrollo Empresarial de Corfo Biobío, Miguel Rubilar Rubilar.
A la cita concurrieron representantes de la Gobernación Provincial de Ñuble, Universidad de Concepción, Universidad Católica de la Santísima Concepción y Universidad Andrés Bello, así como directivos y asesores de INDAP, Consejo de Producción Limpia, FIA, CODESSER, ProChile, Wageningen UR, y representantes del sector productivo agroalimentario.
La instancia tiene como propósito definir el Programa Estratégico Regional Agroalimentario, que permitirá concentrar y canalizar la inversión pública mediante la elaboración de instrumentos ad hoc, en la idea de superar los problemas y obstáculos que en opinión de productores, empresarios agrícolas, e instituciones públicas y privadas, impiden que el sector agroalimentario despliegue todo su potencial y aporte como motor al crecimiento y desarrollo económico.
El jefe del Departamento de Investigación de la UBB, Dr. Rodrigo Romo Muñoz, precisó que al cabo de cinco reuniones realizadas entre enero y mayo de este año, ya se logra tener un diagnóstico más claro, y un mayor involucramiento de los actores.
“La Mesa Agroalimentaria comenzó con algo de escepticismo por parte de los primeros actores, pero en la medida que fuimos avanzando, definiendo conceptos y fijando hitos, los participantes se fueron encantando y participando más activamente. Las principales demandas y falencias del sector se vinculan con la necesidad de generar apoyo inicial en temas de gestión, recurso humano y necesidad de abordar el escalamiento productivo e infraestructura. Esos fueron los ejes estratégicos definidos por los productores, y estiman que superando esas falencias se puede lograr un salto cualitativo y cuantitativo en el sector agroalimentario”, explicó.
Según ilustró el académico, ahora Corfo elaborará un documento con el propósito de generar un Programa Estratégico Regional Agroalimentario, que deberá considerar la generación de instrumentos para superar los problemas y falencias manifestadas por los integrantes de la Mesa.
Programa Estratégico Regional Agroalimentario
Por su parte, el ejecutivo de Desarrollo Empresarial de Corfo Biobío, Miguel Rubilar Rubilar, destacó que la Mesa supone un paso importante para coordinar, generar redes, y lograr articulación. “El sector privado tiene muchas expectativas. Los privados deben hacerse parte de las propuestas, pues la Corfo es un ente más. Finalmente las gobernanzas que se den en la Mesa son las que van a marcar el desarrollo de ésta, y los desafíos que nos planteemos como Mesa, van a ser los que nos van a motivar para llegar a las metas. Ahora vamos a estudiar las brechas, nos fijaremos una ruta de trabajo para poder abarcar soluciones para esas brechas, pero sin duda, el trabajo que genere el recurso humano de la Mesa será el motor de todo lo demás”, comentó el profesional.
Según manifestó Rubilar, hay desafíos clave que abordar desde la base, es decir, con los propios productores agrícolas, y que apuntan a generar un proceso de ‘empresarización’ del agro, de manera que el agricultor comience a vislumbrarse como un empresario que debe competir en el rubro de la agricultura, y para ello debe asimilar conceptos como las buenas prácticas agrícolas, entendiendo que éstas le aportarán diferenciación y le permitirán participar con éxito en el mercado.
“Una vez que ya tengamos generada esta base y se hayan asimilado conceptos tales como gestión predial o agricultura de precisión, el productor debe ser capaz de generar productos agroalimentarios con real valor agregado, donde podamos rescatar precio. Se requiere generar la mentalidad de un empresario agrícola para poder nutrir esta industria que requiere materias primas de buenos estándares de calidad, y que cumpla con los requerimientos que se exigen en el mercado externo”, acotó el ejecutivo de Corfo.
Miguel Rubilar también explicó que a Corfo le interesa mostrar frutos tempranos tales como la creación de un centro de agro emprendimientos en base a instrumentos de la propia Corfo. “También es necesario acotar el tema de la zonificación de suelos para ver la aptitud agropecuaria, y así tener un mapeo sobre cuáles son los suelos más aptos para distintos cultivos, ya sea para inversionistas o para los propietarios, que puedan ver cuáles son los cultivos más productivos de acuerdo al suelo y al clima”, ejemplarizó.
A su vez, el jefe del Departamento de Desarrollo y Transferencia Tecnológica, Domingo Sáez Beltrán, manifestó que a través de la Mesa se ha logrado obtener insumos importantes desde el sector privado, las instituciones públicas y las universidades. “Entre los temas que preocupan a los productores están los alcances de la Reforma Laboral, de qué manera los privados y productores pueden obtener un plan de negocios, entre otros puntos. Igualmente, se espera tener una reunión con el Seremi de Agricultura en los meses de junio o julio, y con ProChile prontamente se firmará un convenio para poder asesorar a los productores en materia de exportaciones que son temas que también interesan al mediano y pequeño empresario”, explicó.
Una oportunidad para aportar y crecer
En la oportunidad, el socio y encargado del área de Proyectos de Frutícola Olmué, Juan Esser, señaló que su afán por participar en la Mesa Agroalimentaria es aportar con su experiencia al fortalecimiento de una industria que tiene características y ciclos diferentes, y que por lo mismo -según su opinión- requiere de mayor flexibilidad en aspectos como la ley laboral.
“Cuando uno participa en estas mesas se pregunta si será como otras mesas que finalmente no logran mucho. De todos modos, creo que es necesario devolver la mano y dar las impresiones que tiene uno sobre problemas de la contingencia como la reforma laboral, que si es igual para la minería, el retail, y la agricultura, creo que estamos mal enfocados. Lo ideal es tener una buena reforma que dé cuenta de las necesidades que tiene la agricultura, la agroindustria, la industria de la madera, y la que existe en esta región, que es distinta a la de otras regiones. Pienso que uno no puede tener la misma ley laboral en Atacama que en esta zona, porque son rubros totalmente distintos. En la agricultura las cosechas son en verano, y si hay que trabajar el domingo hay que hacerlo, y eso uno lo ve en los campos, la gente cuando hay cosecha trabaja los domingos y trabaja los feriados, pero la ley laboral dice que los domingos son irrenunciables. Eso es un poco lo que quiero aportar, no vengo para que la Mesa me dé algo a mí, sino para retribuir porque esta región me ha dado bastante”, expresó.
Igualmente, el representante del sector privado, José Luis Esparza de la comuna de San Nicolás, quien además trabaja junto a la UBB en un proyecto de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), valoró las posibilidades de trabajar asociativamente, lo que redunda en beneficios director para los productores.
“Creo que podemos lograr mucho a través de la asociatividad, y también replicando experiencias exitosas generadas en otros lugares del mundo. Es cierto, hay experiencias que no nos han resultado, pero se puede analizar y ver porqué aquí no funcionaron. Lo mismo pasa con la asociatividad. Podemos vender a mejores precios porque podemos encontrar mercados más grandes, y podemos comprar a mejores precios porque lograremos un interés mayor de parte de nuestros acreedores. También está el tema de la denominación de origen que nos puede beneficiar y a lo que debemos sacarle mayor provecho”, aseveró.