Con un importante logro comenzó el nuevo año la carrera de Trabajo Social que, el domingo 2 de enero, fue informada de su certificación nacional por la agencia AcreditAcción y su acreditación internacional por el Consejo de Acreditación de la Comunicación y las Ciencias Sociales, de México. Ambos reconocimientos se extienden por 7 años, el máximo período al que pueden aspirar las carreras que se someten voluntariamente a estos procesos, destinados a asegurar la calidad de la formación que se entrega.
Es una gran noticia, especialmente para el estudiantado, egresadas y egresados de Trabajo Social, quienes comparten el orgullo de pertenecer a la carrera. También para potenciales postulantes, que pueden tener la certeza de nuestro compromiso y esfuerzos por una educación superior pública de excelencia, comentó Fancy Castro, decana de la Facultad de Educación y Humanidades, a la que está adscrita la carrera que se imparte en Concepción y Chillán, para responder a las necesidades de los territorios y comunidades de las regiones del Biobío y de Ñuble.
Patricia Letelier, coordinadora general de la Unidad de Aseguramiento de la Calidad, UAC, recalcó que el resultado conseguido significa que titulados y tituladas de Trabajo Social de las dos sedes logran el perfil comprometido y cumplen con todos los parámetros exigidos para la certificación, al alero del respaldo institucional. Con respecto a la acreditación internacional, recordó que la UBB se propuso avanzar en su internacionalización a través de distintas vías. Una de las estrategias es la acreditación internacional de carreras, la que -advirtió la coordinadora de la UAC- no implica una doble titulación ni la posibilidad de ejercer en el otro país. Es un reconocimiento a la calidad del proceso formativo por instancias y países asociados a la agencia acreditadora y propicia el fortalecimiento de redes internacionales, la consolidación de nuestra cultura universitaria en torno a la mejora continua y la generación de una mayor conciencia del impacto que el trabajo de cada uno/a tiene en el logro de resultados, sostuvo.
Carmen Gloria Jarpa, ex directora de la Escuela de Trabajo Social en Chillán, quien lideró la autoevaluación de la carrera, destacó que el resultado responde a una trayectoria que ha llevado al programa a alcanzar un creciente número de años de acreditación (3 en 2006 y 2010 y 6 en 2014). La diferencia entre el reciente proceso y el anterior fue la renovación de la malla curricular y su coherencia con el perfil de egreso. Hoy ya tenemos tres cohortes de titulados y titulados, con un plan de estudios dividido en tres áreas -fundamentos, investigación e intervención-, que nos sitúa a la vanguardia en términos de abordar el trabajo social como una disciplina científica, alejándose de la mirada asistencialista, precisó la ex directora. El currículo contempla, además, tres años de prácticas progresivas, para lo cual se han forjado relaciones con distintas instituciones, remarcando otra de las fortalezas de la carrera: la vinculación con el medio.
Para esta acreditación, el Centro de Investigación e Intervención Social de la Escuela de Trabajo Social en Chillán (CIISETS) ya había alcanzado también ocho años de desarrollo, facilitando la sincronía entre los elementos formativos, el perfil de egreso y la incorporación de los y las estudiantes en temas de investigación e intervención. Asimismo, el cuerpo académico de la carrera ha escalado en productividad científica, publicaciones y participación en congresos y seminarios, crecimiento que ratifica el énfasis en investigación social consignado en el plan de estudios. Este es un sello que nos distingue y una forma de hacernos cargo de las incertidumbres de nuestra época, con una lógica de trabajo basada en las evidencias, afirmó Carmen Gloria Jarpa. A todo lo ya mencionado, añadió la académica, se suman las fortalezas institucionales en cuanto a planes de desarrollo, planificación, criterios de integridad y de propósito, así como a las plataformas para el seguimiento de los procesos formativos.
El jefe de la carrera de Trabajo Social en Concepción, Felipe Saravia, en tanto, subrayó la complejización que ha experimentado el programa. Hacemos cada vez más investigación, más actividades de vinculación con el medio y más actividades de vinculación asociadas a la docencia y la investigación, generando un círculo virtuoso que enriquece nuestro quehacer, argumentó. Saravia se refirió igualmente a los avances en internacionalización, ahora refrendados por la acreditación internacional del programa. Hemos impulsado distintas acciones en ese sentido, a nivel estudiantil y docente, y seguiremos potenciándolas para consolidar e institucionalizar nuestros lazos con el extranjero, dijo.
En cuanto a las proyecciones de la carrera, el actual director de la Escuela en Chillán, Marcelo Gallegos, manifestó que se debe mantener y profundizar lo que se ha hecho, con una mirada de largo plazo. Se abren asimismo oportunidades para establecer ofertas para nuestros egresados y egresados, estrechar los vínculos con ellos/as y atender sus requerimientos. La internacionalización puede constituirse también en un elemento diferenciador, agregó. Somos una carrera con un plan de estudios sólido y coherente, que tiene procesos para ir evaluando su desarrollo y mejoramiento y cuenta con profesores capacitados para llevarlo adelante. Son atributos que la convierten en una alternativa atractiva para los y las estudiantes que están por ingresar a la educación superior, indicó Gallegos.
Creo que hay muchos y muchas jóvenes interesados e interesadas en los temas instalados por las movilizaciones sociales y Trabajo Social es una puerta hacia esas temáticas, de las que emergen nuevas líneas de desarrollo para la intervención con personas, grupos y comunidades. Somos una carrera muy dúctil: puedes encontrar un/a trabajador/a social en diversos ámbitos e instituciones y los espacios son cada vez amplios, abarcando la interculturalidad, la inmigración, la comunidad LGTB+ y otros aspectos, concluyó Carmen Gloria Jarpa.