La Dra. María Alejandra Grzona de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina, fue la principal conferencista del encuentro. La invitada es profesora terapeuta en Deficiencias Visuales de la casa de estudios trasandina; Doctora del Departamento de Pedagogía de la Universidad de Jaén, España, y miembro del Comité Ejecutivo de la Comisión Discapacidad y Derechos Humanos.
Una escena de la obra “Sueño de una noche de verano” de William Shakespeare, representada por estudiantes del Taller de Teatro Inclusivo de la Escuela Los Héroes, dirigido por la profesora Valeska Williams, dio inicio al Seminario Internacional de Educación Superior Inclusiva en Contexto de Diversidad Funcional Asociada a Discapacidad de la UBB, convocado por el Programa para la Inclusión de Estudiantes en Situación de Discapacidad (PIESDI) , dependiente de Bienestar Estudiantil de la Dirección de Desarrollo Estudiantil.
El seminario se realizó en la Sala Schäfer del Centro de Extensión de la sede Chillán y contó con la participación de académicos, profesionales y estudiantes de la UBB, así como de otras casas de estudios superiores.
La actividad pretendió contextualizar y entregar estrategias metodológicas inclusivas a docentes de educación superior, que les permitan realizar una clase de acceso universal, y tuvo como principal expositora a la Dra. María Alejandra Grzona de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina, quien expuso sobre “Formación a Docentes de Educación Superior respecto de Adecuaciones Curriculares No Significativas para Estudiantes con Diversidad Funcional: Sensorial y Física”.
En la ocasión, el director de Desarrollo Estudiantil, Eduardo Solís Álvarez, reconoció que para la Universidad del Bío-Bío, el concepto de inclusión es central en su condición de única universidad estatal y pública de la región. Por ello, el PIESDI es una instancia cuyo objetivo es favorecer el ingreso, la permanencia y egreso de los estudiantes con diversidad funcional, entendiendo que eso sólo es posible, mediante la construcción de una comunidad universitaria basada en el enfoque de inclusión social.
A través de diversas estrategias, la Universidad busca responder a los requerimientos de la Ley 20.422 que en su artículo 39 conmina a las instituciones de educación superior a contar con mecanismos que faciliten el acceso de las personas con discapacidad, así como adaptar los materiales de estudio y medios de enseñanza para que dichas personas puedan cursar las diferentes carreras, exigencia a la cual responde el Modelo Educativo de la UBB al hacer suyo el eje de la Diversidad.
Durante la conferencia, la Dra. María Alejandra Grzona precisó que para cumplir el propósito de una educación superior inclusiva, se hace necesario repensar los procesos didácticos.
“El primer punto es asumir que somos docentes en cualquier carrera del ámbito universitario y estamos formando profesionales, pero no existe un modo único de enseñar ni un modo único de aprender. En general, la universidad tiene un recorrido muy estricto con docentes que generalmente utilizan mayormente la clase magistral y eso no da la posibilidad de participación y de respeto por la participación. Entonces, repensar el proceso didáctico implica no mirar el obstáculo de las características del alumno, sino poner el eje en el docente y este eje en el docente tiene dos aspectos fundamentales para la diversidad en general, y para la discapacidad en particular. Primero, que no puede improvisar la clase, porque tiene que haber entregado con anticipación a sus alumnos el material para que lo pueda leer o para que lo pueda tener en la clase o tener en un formato accesible, y durante la clase, si tiene un power point leerlo, hacerlo participativo, por las características de sus estudiantes. Y lo otro es volverse a formar en estrategias didácticas para enseñar de diversas maneras porque no hay un modo único de enseñar”, acotó.
La Dra. Grzona comentó que la universidad de hoy tiene distintos desafíos considerando las actuales características de los estudiantes, quienes se plantean de un modo muy diferente y ello exige al académico respetar la diversidad cultural.
“El tema no es ni de una carrera, ni de un grupo de carreras, ni de un grupo de profesionales. La Universidad tiene hoy demandas sociales, la demanda social es aceptar la diversidad. Hay diseño universal, existen formatos accesibles, hay concepciones que además están avaladas por leyes que tenemos en nuestros países, pero este no es un tema de determinadas carreras, lo que tenemos que cambiar es la formación de pregrado para pensar en una sociedad distinta. Hoy la sociedad es expulsora, individualista, y no estamos aceptando al que es diferente, porque es pobre, por cultura, por discapacidad, por pueblo originario… Entonces la universidad es la que tiene que cambiar y no las carreras, sino el claustro universitario en su conjunto”, aseveró.
El seminario también fue el espacio en que el académico del Departamento de Ciencias de la Educación, Carlos Ossa Cornejo, dio cuenta del quehacer de la Red de Educación Superior Inclusiva, RESI, de la cual forma parte la UBB. Según se indicó, la RESI busca fortalecer a las instituciones de educación superior en su gestión y prácticas inclusivas con el objetivo de responder al derecho de Educación de las personas con discapacidad, mediante respuestas ajustadas a las Necesidades Educativas Especiales, NEE, que presentan. Asimismo, la red pretende aportar al desarrollo e investigación que contribuya a la comprensión de las NEE de los estudiantes con discapacidad en este nivel educativo de cara a mejorar la continuidad de estudios desde el nivel de Educación Media.
Igualmente, compartió un mensaje la directora regional del SENADIS, Sandra Narváez Palacios. El Servicio Nacional de la Discapacidad, SENADIS, ha favorecido y apoyado el desarrollo de cuatro estrategias abordadas por la UBB en materia de inclusión graficadas en las áreas de acceso, apoyos en salud, desarrollo social y adecuaciones curriculares no significativas.
El director del Centro de Educación y Rehabilitación Integral, COALIVI, Patricio Parada, hizo lo propio en representación de la institución, con la que la UBB se ha vinculado activamente durante 2014, justamente a través de un proyecto financiado por SENADIS en la línea de Educación Inclusiva.
La estudiante de segundo año de Contador Público y Auditor Viviana Acuña, y el egresado de Diseño Gráfico, Zhiro Donoso, compartieron sus experiencias como alumnos de la UBB, y aportaron sus visiones acerca de lo que las universidades deben realizar para hacer realidad el concepto inclusivo.
“En mi caso el apoyo resultó fundamental porque gracias a las distintas ayudas para el traslado pude terminar mi carrera. En principio era realmente complicado porque yo vivía en Quillón y debía trasladarme desde allá”, valoró Zhiro, en tanto que Viviana igualmente destacó la visión de la Universidad, aunque dio claves de algunas tareas pendientes. “Creo que lo más importante es que los académicos se pongan en el lugar de las personas con alguna discapacidad, reflexionen sobre ello, y de acuerdo a eso realicen sus clases. Por mi condición, me demoro más en escribir, entonces, en cada certamen, el que me otorguen 10 minutos más puede ser la diferencia entre un 5 y un 6”, explicó.
A su vez, la encargada del Programa para la Inclusión de Estudiantes en Situación de Discapacidad, PIESDI, trabajadora social Jacqueline Angulo Cuevas, precisó que la UBB se aboca desde el año 2006 a convertirse en una universidad inclusiva, y en ese contexto se explica la implementación del PIESDI. “A contar de este año 2014 nuestra Universidad cuenta con un proceso de admisión especial para jóvenes con discapacidad, por lo tanto debemos estar preparados para atender a los estudiantes en todas sus dimensiones. Es así como el seminario se orientó preferentemente a docentes de educación superior, buscando colaborar mediante el aporte de estrategias para abordar una clase donde asistan estudiantes con discapacidad, porque sólo incorporando estrategias inclusivas en el aula, tendrá sentido el compromiso que nuestra Universidad ha asumido en esta materia”, aseveró.
De este modo se busca colaborar en la construcción de una sociedad inclusiva, que concentra su atención en las capacidades e identifica la diversidad como un recurso social activo.