Las académicas María Angélica González Stäger y Verónica Barrón Pavón, presentaron sendas ponencias en las Jornadas de Actualización de Fonoaudiología en Ñuble, donde explicaron el “Modelo con enfoque transdisciplinar en usuarios con daño cerebral”. Fue así como dieron cuenta de la experiencia constatada en la visita académica, realizada en el Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC) de Madrid, que depende del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de España.
La jornada fue convocada por el Hospital Clínico Herminda Martín de Chillán, profesionales fonoaudiólogos del centro asistencial, junto al apoyo del Grupo de Investigación Alteraciones de la Deglución de la Universidad del Bío-Bío y de la Universidad de Concepción.
Las académicas expresaron que en el Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC) de Madrid, pudieron confirmar la necesidad del trabajo transdisciplinario entre nutricionistas, fonoaudiólogos, neurólogos, kinesiólogos, enfermeras, entre otros profesionales, con el propósito de rehabilitar con éxito a las personas con daño cerebral derivado de un accidente cerebrovascular.
“Los profesionales fonoaudiólogos cuentan con un amplio reconocimiento en España y forman parte de los equipos de salud de los hospitales y centros de salud, situación que en forma muy incipiente comienza a verse en nuestro país”, precisaron.
La académica Verónica Barrón Pavón explicó el sentido y propósito del CEADAC, que ofrece programas de rehabilitación a las personas con daño cerebral e impulsa la mejora de la calidad de vida de los afectados y sus familias. También brinda formación y docencia a profesionales sobre el daño cerebral adquirido; y promueve y colabora en proyectos de investigación en al ámbito del daño cerebral.
“Se trata de un Centro público y gratuito creado por el IMSERSO el año 2002 y atiende a personas con daño cerebral adquirido, no progresivo reciente y a sus familias, con posibilidad de mejorar su autonomía a través de un programa de rehabilitación, que se puede extender hasta 18 meses. El tratamiento es intensivo en frecuencia diaria durante la primera etapa y con un enfoque integral y holístico”, aseveró.
La académica Barrón Pavón destacó que el Centro dispone de diferentes programas de entrenamiento de las actividades de la vida diaria, tanto básicas como instrumentales, de rehabilitación de la comunicación y lenguaje para el trabajo transdisciplinar de fonoaudiólogos, kinesiólogos y terapeutas ocupacionales, entre otros apoyos.
“Lo que vimos en la práctica es cómo reeducan al usuario para que pueda desenvolverse en forma autónoma en las situaciones tan cotidianas que realizaba antes del accidente que le provocó el daño, como el trabajo en la vida doméstica o cómo volver a conducir su vehículo, por mencionar algunas situaciones”, manifestó.
“Nosotras destacamos la organización de CEADAC, su enfoque transdisciplinario, y planteamos el desafío de pensar en algo similar en la nueva Región de Ñuble, pues se podría proyectar un centro de rehabilitación para el daño cerebral, que es una necesidad evidente. A través de una investigación que estamos realizando con pacientes del Hospital Clínico Herminda Martín que han sufrido accidentes cerebrovasculares. En este caso pretendemos medir la hidratación y el estado nutricional de las personas y ahí confirmamos lo vital del trabajo conjunto entre fonoaudiólogos y nutricionistas”, manifestó la académica María Angélica González.
La académica María Angélica González expresó que en el plano de la alimentación, también se considera un enfoque distinto. Tal como en otros aspectos prácticos, los equipos profesionales consideran que se debe reeducar la alimentación de las personas, pues los pacientes que han sufrido una lesión cerebral suelen verse afectados por la disfagia que dificulta la deglución. “Lentamente los pacientes aprenden nuevamente a comer y deglutir gracias a las técnicas que orienta el fonoaudiólogo y a la atención del nutricionista”, indicó.
La académica UBB comentó que el modo de preparación de los alimentos también debe modificarse para adaptarse a las necesidades de la personas y por ello se considera particularmente el criterio de las texturas de las comidas. “Entre algunos desafíos que tenemos nutricionistas y fonoaudiólogos, está el consensuar los términos que usamos para diferentes texturas. Por ejemplo, ¿Qué se entiende por textura miel? ¿qué entendemos por una compota? Eso es muy relevante porque hay personas que no pueden deglutir sólidos y otros no pueden deglutir mezclas de sólidos con líquidos, por mencionar una situación concreta”, ilustró.
La académica María Angélica González precisó que a nivel internacional aún no se logra establecer criterios comunes para definir las texturas de los alimentos, y por ello ve en esta tarea un desafío interesante donde fonoaudiólogos y nutricionistas pueden aportar mucho.
Verónica Barrón presentó además, los lineamientos sobre la Guía de Alimentación para personas con disfagia, pues en Chile se emplean guías españolas o de otros países, que poseen una terminología distinta a la chilena. “Nosotros la diseñaremos y la compartiremos con los profesionales fonoaudiólogos para que nos hagan sugerencias de mejora y la validen, de modo de poder presentarla y emplearla como guía a nivel nacional”, señaló.