La proyección de las tecnologías digitales en la formación en ingeniería: La educación en modalidades presencial, híbrida y virtual fue el tema central del XXXVII Congreso Chileno de Educación en Ingeniería que organizó la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Bío-Bío y la Sociedad Chilena de Educación en Ingeniería, del 8 al 10 de octubre, en el campus Concepción de la UBB.
La actividad contó con el saludo del decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de La Serena, Dr. Nibaldo Avilés Pizarro, quien hizo un balance sobre la versión 2024 del Congreso, que abordó el tema “El aseguramiento de la calidad en la facultades de Ingeniería en el marco de la nueva acreditación institucional”.
A través de conferencias magistrales, paneles de discusión y talleres colaborativos, la comunidad académica se refirió al presente y los desafíos de la educación en ingeniería innovadora, inclusiva y preparada para responder a las exigencias de un entorno cada vez más dinámico y tecnológico. Durante las jornadas se generaron espacios para reflexionar, dialogar y compartir experiencias de docencia que permitirán fortalecer las buenas prácticas y estrategias de enseñanza de la ingeniería en sus diversos formatos.
En ese contexto, el vicerrector Académico de la Universidad del Bío-Bío, Dr. Sergio Vargas Tejeda, enfatizó que las “facultades y escuelas de ingeniería tenemos la responsabilidad de integrar de manera efectiva las tecnologías digitales en nuestros procesos formativos, asegurando calidad, flexibilidad y pertinencia en la educación que ofrecemos. Ello implica explorar nuevas estrategias pedagógicas, incorporar metodologías activas y fomentar entornos de aprendizaje colaborativo, donde la tecnología no sustituya la docencia, sino que la potencie”.
El decano de la Facultad de Ingeniería de nuestra institución, Dr. Patricio Álvarez Mendoza, destacó que “hoy, la formación en ingeniería ya no consiste solo en transmitir conocimiento técnico o enseñar con el ejemplo. También exige formar personas capaces de pensar críticamente, crear, comunicar y colaborar, con un profundo sentido ético y humanista. Nuestra tarea es preparar a las nuevas generaciones para que enfrenten los desafíos de la ingeniería innovando permanentemente, con soluciones que pongan al centro a las personas y mejoren su calidad de vida. Ojalá que nuestros estudiantes lleguen a ser mejores que nosotros mismos. Esa idea, al menos para mí, da sentido pleno a este trabajo”.
Al referirse a la contribución de la Inteligencia Artificial como apoyo al aprendizaje, el decano Álvarez subrayó que a nivel mundial el 86 % de los estudiantes entre 14 y 22 años la usan con este fin, pero la mitad del profesorado aún no ha recibido capacitación formal para su uso pedagógico. “Además, los procesos de renovación curricular avanzan más lento que la adopción real de estas tecnologías, creando una brecha entre uso y comprensión pedagógica. Y en América Latina, menos del 3 % de la investigación en IA aborda directamente temas de educación y aprendizaje”, expresó.
Finalmente, aseveró que se necesitan principios que orienten el uso responsable de la IA en la formación y en el ejercicio profesional, proponiendo que la formación integral -técnica, ética y crítica- sea el marco regulador del uso de la IA en la resolución de problemas; la colaboración para ampliar las fronteras del conocimiento, compartiendo datos, recursos y capacidades entre las universidades; que la calidad educativa sea la garante del desarrollo tecnológico, asegurando la confianza pública; y avanzar hacia un ecosistema nacional de IA, basado en la confianza, la equidad territorial y la cooperación interuniversitaria”, concluyó.
Por su parte, el presidente del comité organizador y académico del Departamento de Ingeniería Industrial, Iván Santelices Malfanti, manifestó que SOCHEDI en sus casi 40 años de historia “ha sido un espacio privilegiado de encuentro, colaboración y aprendizaje entre quienes creemos que enseñar ingeniería es también construir país”.
Agregó que para la Universidad del Bío-Bío fue “un honor ser sede de esta versión, porque creemos profundamente en el rol público, regional y humano de la educación en ingeniería. Nos mueve la convicción de que la innovación tecnológica debe ir siempre acompañada de una innovación pedagógica y social, centrada en las personas y en el servicio al desarrollo sostenible del país”.














