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Publicado el 27 de septiembre del 2023

Presupuesto regional y desconfianzas

Por Francisco Gatica Neira
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Con expectación estamos esperando el envío del Proyecto de Presupuesto 2024 al Congreso Nacional. La discusión se estima, como siempre, que será dura y el resultado final será un producto de los forcejeos políticos, en la mayoría de las veces impulsados por argumentos técnicos sólidos y, en otras ocasiones, por las distintas posiciones tácticas que las coaliciones políticas quieran alcanzar en el momento.

La discusión del presupuesto 2024 estará marcada por las incertidumbres. En plano económico tenemos: un escenario internacional inestable (políticas monetarias restrictivas en los países desarrollados, un menor desempeño esperado en China y los vaivenes en el precio de las materias primas), el desenlace de la propuesta de nuevo Pacto Fiscal y la necesaria reactivación económica (el PIB tendrá una variación del -0.5 y 0% durante el 2023, según el Banco Central).

En el plano político viene un momento decisivo en el proceso constitucional, el que parece que será muy entrabado (según la encuesta Cadem el 59% votaría en contra en el plebiscito constitucional).

Para el 2024 nuestro Gobierno Regional del Biobío está solicitando unos $161 mil millones, el año pasado se les asignó unos $104 mil millones. Desde el punto de vista de la ejecución presupuestaria nuestro GORE presenta una buena capacidad de gestión de los recursos. Al mes de julio había ejecutado un 58,2% y el promedio nacional era de 51.4%. Inclusive hay capacidad para apalancar recursos adicionales: de un presupuesto asignado inicialmente de $104 mil millones, a fines de agosto, el marco presupuestario llegó $123 mil millones.

En definitiva, el Gobierno Regional tiene capacidad técnica para ejecutar y captar nuevos recursos. Y, por otro lado, la Región del Biobío necesita de una importante inversión pública, basta dar un paseo en sus calles en hora punta para comprobarlo, o constatar la necesidad de reconversión de su tejido productivo, o las importantes demandas de los diferentes municipios, por ejemplo.

Entonces ¿Dónde puede estar el problema para lograr el presupuesto solicitado a la Dirección de Presupuesto de $161 mil millones?

El presupuesto tiene un carácter inercial y que en la mayoría de los casos tiene cambios marginales, muchas veces asociado a la inflación o a proyectos que ya vienen comprometidos anteriormente. No hay que olvidar que encima de la mesa de discusión presupuestaria hay otras 15 regiones (además de la nuestra) que están pidiendo fundadamente aumento de sus presupuestos.

Sin embargo, este año tenemos como variable adicional el caso convenios o fundaciones. Pese a que el Gobierno Regional ha implementado un plan para la mayor transparencia y probidad (15 medidas del Ministerio de Hacienda), para reducir el riesgo de corrupción, la cosa es que ya está instalado ese riesgo en el uso de los recursos públicos.

Frente a esto sólo queda el trabajo constante por volver a ganar las confianzas. Es importante que los ciudadanos y las ciudadanas puedan ver los frutos de la inversión pública. Resulta fundamental terminar las obras emblemáticas, dar mayor tranquilidad de que los proyectos claves permanecerán y culminarán exitosamente en el tiempo trascendiendo un gobierno, aumentar la eficiencia en la ejecución de los proyectos y poder seguir de manera transparente la ejecución y los plazos reduciendo los riesgos de un mal uso de los recursos públicos.

Debemos gatillar un circuito virtuoso para el desarrollo territorial: Más confianza, más y mejor inversión, mejor gestión, mejores resultados y más confianza.

Francisco Gatica Neira

Dr. Francisco Gatica Neira, académico del Departamento de Economía y Finanzas.

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